¡Ama,
Guatemala!
(Un llamado a la consciencia)
“La paz os dejo, mi paz os doy;
yo no os la doy como el mundo la da.
No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo. (Dijo Jesús)” S.
Juan 14:27
¿A quién le temes? Si Dios está contigo, si tú eres suya, y El
te ha escogido para ser cabeza y no
cola.
¿Quién es tu Dios? ¿Quién es tu Rey? ¿Quién es tu Señor? (Malaq.1:6)
¿No sabes que es a aquél a quien tú te sometes voluntariamente para obedecerle
a quien tú reconoces como señor? ¿Y no
sabes que te haces su esclavo; sea del temor para dejar
de hacer el bien y hacer el mal; o del
amor, para hacer el bien, dejar de hacer el mal y glorificar así el nombre de
Jesucristo? Entonces, te pregunto: ¿Estás viviendo bajo las leyes de tu Dios, guardando
Sus Palabras y mandamientos con diligencia y amor, o has reconocido otra
autoridad?
HOY es el día de examinar esto detenidamente para
tomar una decisión.
Hemos recibido muchos mandamientos, pero hoy
me atrevo a decir que tenemos que entender sólo dos:
¡No
temas! y
¡Ama!
(Ro.13:8, 10)
Si hay temor
no podemos cumplir con el amor. Y si
hay amor no hay espacio para el temor.
Creo que, aunque hay muchas cosas de qué
hablar, y muchas cosas qué hacer, vamos a ahorrarnos todas las pastillas contra
el dolor, erradicando totalmente el tumor:
Si cada uno de nosotros, en forma
personal e individual, como funcionarios, empleados públicos, empleadores,
trabajadores del sector privado, miembros de familia, etc., toma consciencia de la responsabilidad que tiene delante de Dios (quien nos creó y ha de
juzgarnos) de hacer todas las cosas
con amor, no como para hombres, sino para ese Dios que nos
recompensará, todo funcionará a la
perfección.
El orden de Dios ya está establecido. En la Biblia, que es nuestro manual de conducta,
encontramos las directrices para regir nuestras vidas en una forma agradable a
Dios, no sólo en lo que se refiere a nuestra relación personal con El (en nuestro
interior), sino también en cuanto a nuestro actuar en la vida secular (trabajo, sociedad, etc.) Allí mismo se nos indica qué hacer en cuanto
a todo lo que no se sujeta a tales directrices.
Todo esto libera el orden perfecto
que es el amor, trayendo justicia y paz.
El tumor del cual hablamos es lo que la Biblia
describe como “carne”: la soberbia, el egoismo,
sed de venganza, hambre de poder, injusticia, envidia, falta de identidad y
amor propio, falta de propósito.
Es tiempo de volvernos al orden perfecto y
que nuestras autoridades se revistan de la autoridad que imparte Dios, para
velar por que todos aquéllos que trabajan para servir al pueblo cumplan con las
reglas establecidas por ese mismo Dios, protegiendo al pueblo y no atemorizándolo. Pues, las autoridades están puestas por Dios (a
quien todos daremos cuentas) para castigar
al malo, no al bueno.
(Ro.13:3)
Es necesario y urgente tomar la decisión
radical de abolir todas aquéllas leyes y permisiones que violan, niegan, diluyen,
alteran o sustituyen las leyes de nuestro Dios; las cuales son buenas y justas,
pues servimos a un Dios bueno, de
misericordia y no de injusticia.
Erradicando el tumor erradicamos la maldad,
para dejar fluir el río de vida, y poder volver a ver en el rostro de cada guatemalteco la sonrisa que toda persona buena
debe tener; para sentir la alegría de
un pueblo que se sabe amado por su Dios y que lo ama a El.
Hoy te digo, Guatemala: “Sólo amando a tu Dios puedes ser feliz!”
¡Ama y sonríe, Guatemala!